Friday, December 15, 2006

Crisis ambiental: Crisis de todos.

¿Papá, es cierto que el hombre acabará con el planeta? La pregunta, producto de la curiosidad infantil y tal vez hecha con cierto aire de protesta, puede llegar a tener un contenido muy trascendental. El tema ambiental ya no interesa solamente a soñadores ambientalistas, muchas veces objeto de burla y desaprobación por estar supuestamente en contra del desarrollo de la humanidad y por construir ilusiones apocalípticas. Ahora es un tema que también interesa a los académicos y políticos. Sorprendió recientemente el llamado que hizo Tony Blair, primer ministro ingles, sobre la inminente catástrofe ambiental y el peligro que se ciñe sobre la isla en la cual se encuentra asentada la mayor parte de la población inglesa. También parece difícil creer que los demócratas y republicanos encuentren en el tema ambiental motivo de discurso para la próxima campaña presidencial en EEUU. Parece que en el mundo entero empieza a advertir que los efectos que promulgaban los supuestos locos ambientalistas del siglo pasado, eran y son evidentemente, fruto de una cordura sorprendente. En este siglo, podrían ser llamados locos los que de manera irracional no asumen una posición personal o colectiva frente a los terribles efectos del cambio climático provocado por la incesante pesadilla del desarrollo a costa del futuro de los próximos habitantes del planeta.

¿Pero cómo puede afectar a los colombianos un posible debacle ambiental?. Supuestamente, las cumbres heladas del parque los nevados desaparecerían, lo que ya se está ocurriendo en la Sierra del Cocuy; Cartagena sería una nueva Venecia, los Llanos Orientales un desierto, la Amazonia una gran planicie y San Andres un pequeño islote. La población se concentraría mucho más, el agua dulce sería el activo más preciado y el hambre acosaría a la población. Otros predicen que las grandes ciudades desaparecerían al hacerse insostenibles, para dar campo a cientos de ciudades medianas con esquemas de reutilización y manejo racional de recursos.

Bueno, lo cierto es que el tema ambiental ya no es algo que parezca una obstinación de románticos soñadores. Es algo que atañe a todos y de alguna manera cada uno tiene su cuota de responsabilidad. La comunidad internacional pide una nueva reunión para ratificar y hacer seguimiento a los resultados del Protocolo de Kyoto. Cada vez crece la presión para que los países más desarrollados y más contaminantes asuman su responsabilidad. Rusia ya dio el sí a ratificación del protocolo que busca la disminución progresiva de los gases que causan el efecto invernadero y el consecuente calentamiento global; faltan países tan importantes como China y EEUU, las potencias que se disputarán el liderazgo político mundial en el presente siglo. Pero la voluntad de cambio no solamente es deber de los gobiernos, académicos, los movimientos verdes o los nuevos políticos, es el momento de asumir un compromiso personal frente a la problemática ambiental. El uso racional del agua, el manejo de las basuras, la contaminación ambiental, el cuidado de los bosques, el reciclaje y esas campañas que muchas veces parecen inútiles, pueden generar una nueva cultura. Por eso, cuando su hijo le advierta sobre el cambio climático o la crisis ambiental causada por el hombre, piense bien cual va a ser su legado frente a esta situación y responda: – Listo papito, si es ya es ya.

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