Wednesday, November 22, 2006

¿Conoce un Camaleón?

La gran mayoría de las personas son buenas. Lamentablemente, hay elementos que contaminan la sociedad. De la fauna que recoge la psiquis humana, el camaleón es el que produce las más repugnantes manifestaciones. El camaleón basa su estrategia en el camuflaje, en su mirada binocular y la efectividad de su larga y pegajosa lengua.

El camaleón esconde su propia naturaleza y muta según sus conveniencias. Su piel es rugosa y oscura como su conciencia. Sus ojos siempre atentos, pero bajo el poder de un cerebro discorde, apuntan en diferentes direcciones, vacilantes siempre, le muestran oportunista hasta la médula. El camaleón es celoso con su árbol, se aferra a las ramas, pero siempre está atento a los cambios. Sin dudar, piensa que está en su reino permanente, pero la suerte cimentada en las apariencias no dura demasiado; por mucho que intente demostrar control, el farsante siempre termina evidenciándose. El camaleón casi siempre es famélico, no duerme, mantiene un vicio y sufre en su ansiedad por querer controlar todo. Su torpeza la suple con la capacidad de intriga y la falsa cortesía.

Cuando el camaleón se siente amenazado, despliega sus falsas pieles para parecer más amenazante, pero al primer momento de peligro, se despide rápidamente y evita cualquier encuentro. No confronta las ideas en público, pero lacera humanidades, haciéndole juego al embuste. La algarabía que lo acompaña puede escucharlo, pero con malicia y muchas veces con pesar, termina despreciando sus comentarios. La soledad lo agobia, aunque todo el tiempo está rodeado de supuestos partidarios. El peor de los destinos lo asecha: la supuesta traición está siempre a la vuelta de la esquina; pero todos entienden que no hay traición cuando se desmiente a un badulaque. Los discursos del camaleón están llenos de babosadas y palabras vagas, sin argumentos o contenido, recitadas cual letra de canción de cuna. Le es difícil cambiar el repertorio, pues le obliga a pensar y reflexionar. Copia de donde pueda y todo lo que parezca exageradamente complejo y lo aprende de memoria para descrestar. Cambia de color ante cualquier variación del entorno. Primero apunta con una ideología, luego aparece con otra y con supuesta intención transparente, termina limpiándose de sus propias heces. Cambia sus papeles pero no para transformar su mente, sino para parecer amigo. Salta como la liebre ante cualquier asomo de cambio, asume la palabra, toma la vocería, pero lo que busca es conservar con clientelismo y politiquería su ambiente preferido: el nido de la incompetencia. El fin del camaleón siempre es el mismo, victima de su propio proceder termina engañándose a si mismo. Construye un mundo de fantasías, defendiéndose de cuanta amenaza construye, rayando ya en el comportamiento paranoico que lo hace profundamente infeliz.

O que tristeza, de la fauna humana, ¡Dios nos libre!. Que venga el gallo, el mono, el buey, el tigre, el perro y todo el horóscopo chino si se desea, pero por favor no más camaleones. Lo malo es que los hay en todo sitio: en las empresas, en las escuelas, en las iglesias, pero es en el gobierno donde producen más daño. No tienen pertenencia, porque se pertenecen a su propia estupidez, el único proyecto de vida es sostenerse en su propia mediocridad.

Wednesday, November 08, 2006

Giros, remesas y fuga de cerebros

Las condiciones sociales y económicas en Latinoamérica están generando un nuevo fenómeno económico. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aseguró que Latinoamérica se convirtió en el 2005 en el mercado de remesas más grande del mundo, al alcanzar 53.600 millones de dólares. Para Colombia, los ingresos por este concepto fueron de 4.126 millones de dólares. Los giros desde diferentes países representan una generosa fuente de ingresos para la economía, superando en muchos casos la inversión extranjera directa y la ayuda de cooperación para el desarrollo al que contribuyen los países ricos. Pese a su importancia, implican un drama humano que significa grandes privaciones para la mayoría de los 3.5 millones de colombianos que han buscado nuevas oportunidades en el exterior.

Aunque se confirma un crecimiento de la economía, el desempleo en Colombia está aumentando. Muchos compatriotas se sienten obligados ha salir del país, lo cual puede interpretarse como un problema, no obstante el flujo de recursos significativos que entran a la economía del país. El gobierno colombiano ve con indiferencia y disimulada aprobación esta situación, sin embargo, hay que tener en cuenta que las personas que viajan al exterior, en la mayoría de los casos renuncian a sus familias, a su cultura, se alejan de sus raíces y se exponen a la discriminación racial y odios xenófobos. De esta manera, se demuestran los niveles de exclusión y falta de oportunidades en un país que tiene toda clase de riquezas naturales para construir un futuro próspero.

El modelo económico adoptado promueve la salida de personas. Pero no faltan los que piensan que nada mejor le puede pasar al país, que el éxodo colombiano favorece la internacionalización de la economía, genera recursos frescos, nuevas oportunidades, mercados y negocios. No obstante los supuestos beneficios económicos, la emigración significa la desintegración de las familias y deja un ambiente de desesperanza en el entorno nacional. No causa asombro que los países que mas expulsan población, como México, Brasil, Perú y Colombia mantienen problemas sociales y desequilibrios en el mercado laboral e muestran crecientes niveles de informalidad y subempleo.

Según la Organización Internacional de Migraciones OIM, Un 35% de los colombianos que viajan para quedarse en el exterior tienen una profesión, la mayoría son del Valle, Bogotá y el Eje cafetero. Una vez superan la crisis inicial de establecimiento, mejoran sus ingresos e inclusive pueden superar en ingenio y competencias a ciudadanos de otros países latinoamericanos. Hay colombianos en la Nasa, en la Agencia Espacial Europea, en los principales centros de investigación y empresas multinacionales, consiguen con empeño las posiciones de liderazgo que no logran en Colombia. Las remesas que envían los emigrantes hacia los países en desarrollo ayudan a aliviar la pobreza de estas naciones, pero la salida masiva de ciudadanos altamente calificados representa un complejo dilema.

Sin duda algo grave está pasando. ¿Cual es la causa principal?. Aportan entre otros, la desigualdad, el clientelismo, la violencia, la corrupción y sobretodo la incompetencia de los gobiernos para facilitar el aprovechamiento equitativo del potencial existente

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